miércoles, 2 de julio de 2014

Criminalizando al ciudadano medio

Criminalizando al ciudadano medio Resulta sorprendente la capacidad que el Gobierno del PP tiene para ofender a la ciudadanía. Me refiero a la campaña publicitaria en televisión de la declaración de la renta de este año.

El Partido Popular del ‘caso Gürtel’ (en simulado y diferido),  del Palma Arena y Noos, de las amnistías fiscales, de Bárcenas y un largo etcétera, el mismo Partido Popular que ha convertido la corrupción en una forma de gobierno, lanza una campaña criminalizando al ciudadano que no paga sus impuestos. Como si para un asalariado fuese posible tener cuentas en Suiza o una SICAV. Pero ya saben, repitan el mantra conmigo: hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y todos somos culpables de la crisis.

Es cierto que  la economía sumergida en España supera el 26% del PIB y supone un serio problema que los inspectores de Hacienda vienen denunciando sistemáticamente, pero como han dejado claro estos mismos técnicos de Hacienda, el 72% del fraude fiscal lo cometen grandes empresas y grandes fortunas. Si la hacienda pública no tiene suficientes recursos para financiar los servicios públicos no es porque haya una gran parte de la población que sobrevive trabajando en negro para llenar la nevera; hay que mirar arriba para encontrar a los culpables. Por eso sorprende que el Gobierno que  ha reducido la inversión en la lucha contra el fraude y las inspecciones fiscales, que ha sustituido a policías que investigaban los principales delitos de corrupción de este país, que declaró una amnistía fiscal y que no ha dudado ni un momento en realizar recortes de servicios sociales y públicos para salvar a bancos privados, impulse esta campaña.  Ofende que  el partido que sustenta al Gobierno , que nuevamente se ve salpicado por la sospecha de financiación ilegal, de sobres y reformas en B,  y que siempre ha apostado por lo privado, nos diga lo que ya todos sabemos: que la construcción del Estado, su mantenimiento y los servicios a los ciudadanos se mantienen gracias al dinero de todos y todas. Estoy seguro de que muchas de las personas implicadas  en los casos anteriores  además de sus buenas cuentas bancarias en Suiza, o donde sea, tienen seguros médicos privados, planes de pensiones, y sus hijos y nietos  acuden a la educación privada. Así es el cinismo y la hipocresía de la derecha española que vende lo público y gobierna para una minoría de privilegiados. Sólo les ha faltado decir “quien quiera algo público de calidad, que lo pague”, aunque ellos son más de mandarte a Cuba.

Un ejemplo que ilustra muy bien lo dicho: el Ayuntamiento de Salamanca  debido a su déficit presupuestario y al plan de reajuste impuesto, está inhabilitado, de facto,  para contratar nuevo personal y cubrir jubilaciones,  ha reducido las partidas presupuestarias destinadas a temas sociales, políticas de empleo y de impulso económico, aunque lo intente maquillar. La crisis a azotado con dureza en la ciudad de Salamanca, la recaudación por impuestos ha disminuido y eso a obligado a dichos recortes según el concejal de turno pero tal vez, sólo tal vez, con una buena gestión que hubiese impedido la prescripción de  deudas millonarias derivadas de tasas y sanciones a constructores, con una política cabal, alejada de megalomanías que ahorrasen hasta 6 millones de euros en indemnizaciones, y con un poco de planificación urbana que evitase volver a realizar obras en avenidas recién  modificadas, esa situación financiera hubiese sido menos crítica. Pero seguramente esté equivocado  y la culpa sea otra vez  del ciudadano, que pretende vivir por encima de sus posibilidades. 

miércoles, 11 de junio de 2014

Orgulloso de español y demócrata

Hace poco Esperanza Aguirre llamó antiespañoles a aquellas personas que no comparten su afición a las corridas de toros. El domingo, el alcalde de Salamanca, nuestro alcalde, felicitaba a Rafa Nadal por su victoria en Roland Garros  y le agradecía lo buen español que es tras haber mostrado su agradecimiento al Rey Juan Carlos I por felicitarle con una llamada de teléfono. Puestos en los tópicos más rancios,ser buen español, o el paradigma que tiene la derecha de lo que es “ser español”, es el de hombre blanco, heterosexual, católico, taurino y monárquico que, además, debe hacer gala de su hombría y machismo, ser perfecto caballero, vago, pícaro y siempre pensando en la fiesta. Yo, desde luego, me opongo a esta idea de “lo español”.

Por ser demócrata, republicano, de izquierdas y ateo no me siento portugués, ni alemán ni americano, ni me considero más o menos español que cualquier compatriota. No voy a aceptar lecciones nacionalistas que me digan lo que me tiene que gustar, ni qué debo sentir para ser un español de verdad. Recordemos el nacionalcatolicismo y su concepto de “antiespañol”, que tanto daño a hecho. Si no te amoldas a su modelo de “español”, poco menos que eres ETA.

Si hacemos caso de los tópicos y paradigmas culturales, prefiero quedarme con aquellos que ensalzaba la solidaridad del pueblo español, como demuestran diariamente muchas familias que salen adelante a pesar de las penurias económicas. Los españoles somos tenaces, de ahí los logros conseguidos por las plataformas que defienden lo público. Somos valientes y orgullosos, y por eso llegamos hasta el final en las Marchas de la Dignidad, a pesar de los impedimentos y las calumnias. Pero sobre todo, cada vez somos más conscientes de que el futuro, está en nuestras manos y debemos pelearlo ante aquellos que quieren expropiárnoslo.

Por eso, señor alcalde, además del reconocimiento a lo buen deportista que es Rafa Nadal, se agradecería leer en su cuenta de Twitter un reconocimiento a los logros que la constancia y el tesón de Stop Desahucios Salamanca está consiguiendo, a la labor que desempeñan los voluntarios de las redes de solidaridad vecinal que están surgiendo en esta ciudad. Nos gustaría leer que se preocupa por las condiciones laborales de los trabajadores de Qualytel o unas palabras de ánimo a las personas que hemos salido a la calle para reivindicar el valor de la Alamedilla, o a protestar por el error que supone el nuevo acceso a los hospitales. Porque todos, querido alcalde,  también nos sentimos orgullosos de ser españoles y salmantinos, pero no como los que tienen cuentas en Suiza o defraudan al fisco, no: nos sentimos españoles y salmantinos, además de demócratas, porque defendemos la soberanía de nuestro país y los servicios públicos, porque defendemos la justicia social, porque creemos en las posibilidades de nuestro país y de nuestra ciudad. Yo soy español y demócrata, por mucho que les duela. 

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miércoles, 4 de junio de 2014

¿Crisis del bipartidismo?. Aún no

Tras las elecciones europeas, hemos estado inmersos en una semana saturada, tal vez hasta el hartazgo, de informes de datos, análisis de resultados, perspectivas e hipótesis de futuro… todo basado en unas elecciones que al 54% de la población española parece ser que no le han interesado ni seguirán interesándole. De los temas más comentados destacan sobre manera dos: la sorpresa de “podemos” y el varapalo al bipartidismo que, al parecer, queda tocado. Para poder hablar sobre si lo ocurrido afecta de verdad a ese sistema decimonónico o si se trata de una crisis coyuntural, debemos aclararnos sobre qué entendemos por bipartidismo y a qué nos referimos cuando decimos que empieza a agrietarse.

Una posible explicación casi literal puede ser la de dos `partidos que se alternan en el poder y que, como en época de Cánovas y Sagasta, colaboran según los intereses mutuos. Esta definición se acerca bastante a la realidad existente en el Congreso de los Diputados pero no sería del todo exacta ya que, tanto en la Cámara Baja como en la Cámara Alta existen otras fuerzas políticas periféricas o minoritarias que, a veces, han tenido su relevancia colaborando y sosteniendo a uno de los grandes partidos. Tanto con González como con Aznar esas coaliciones fueron de gobierno, mientras que Zapatero innovó con la “mayoría variable”, aparentemente más aceptable desde la moda de lo políticamente correcto.

Otro ejemplo posible, quizá más puro, puede encontrarse en el Ayuntamiento de Salamanca solo que aquí, lo de la alternancia, no se ajusta a la realidad. Unos gobiernas y otros… hacen lo que pueden.

Para mí la verdadera crisis del bipartidismo, lo que realmente demostraría el fin del sistema, sería que otras fuerzas políticas que no correspondan al PP o al PSOE, los conservadores y liberales del siglo XIX, tuviesen opción a gobierno. Para ello es imprescindible una reforma de la ley electoral, sin este cambio, el bipartidismo siempre se mostrará enrocado y aferrado al poder porque tendrá posibilidades de sustento. Solo con unas elecciones más justas e igualitarias, sin dejar de respetar a las minorías podremos conseguirlo.

No es tarea fácil. No basta con un 7% o un 10% de los votos para cambiar las cosas pues, los dos grandes partidos y los nacionalistas que se benefician de ellos, aún no están por la labor de enmendar la injusticia, de ceder terreno y asumir el reto de un verdadero juego democrático y representativo. Mientras la ley no cambie, el bipartidismo seguirá con buena salud para resistir los envites de la ciudadanía.

miércoles, 21 de mayo de 2014

25 de Mayo: abstenerse no es una opción

En pocos días habrá terminado la campaña para las Elecciones Europeas y previsiblemente se producirá una gran paradoja. Ante una de las citas electorales más importantes que tenemos se estima una abstención del 60,3%, o lo que es lo mismo: la política europea, las imposiciones, los recortes, las ayudas y las directrices que marcarán nuestro día a día durante los próximos quince o veinte años lo decidirá una minoría que no llega a representar ni al 40% ¿se imaginan una comunidad de vecinos regida solo por lo que opinen los de la segunda planta y algunos de la tercera?

La abstención es un fracaso de la política que no ha querido, no ha sabido, o no ha podido concienciar y movilizar a la gente. Los dos grandes partidos, por el motivo que sea,  han abandonado su responsabilidad de explicar a la gente qué es Europa, en qué afecta a los ciudadanos y qué proyecto nos ofrecen. Lejos de eso, se han enfrascado en un decepcionante “y tú más”,  en promesas vacías de cambio o de continuidad según el color de quien te lo diga.  Hace falta más Europa predican a una población dolorida, vejada,  desilusionada, cansada de imposiciones que no entiende, de tantas injusticias que no se merece y harta de que la culpabilicen de los errores que han cometido otros y de la dejadez de los que le vuelven a pedir su confianza.

El no votar el día 25 también es un fracaso de la ciudadanía en su conjunto que renuncia a uno de sus derechos fundamentales. Es muy cómo criticas y quejarse sin hacer nada.  Luego llegarán los reproches,  las quejas y las protestas en los bares con los amigos, en el trabajo ante algún abuso de la empresa,  o un despido,  Se hablará de una casta política que no nos representa y criticaremos sus privilegios y nuestra falta de ellos sin querer asumir que nosotros, con nuestra dejadez,  o con nuestra inercia, somos en parte corresponsables de la situación.

Es el momento de cambiar, de ser conscientes de nuestra responsabilidad y asumir que el poder de la gente es la fuerza que se necesita para impulsar políticas más justas y sociales. La abstención el 25 de mayo no es una opción pues hace falta elegir con el voto qué modelo queremos, si más Europa u otra Europa. Una Europa de los ciudadanos, que vuelva a ser aquello que estuvimos a punto de alcanzar: vanguardia de derechos y de justicia. Una Europa construida entre todos y no impuesta para satisfacción de unos pocos. Pero tras el impulso inicial del voto hace falta el empuje de la ciudadanía, su exigencia y su apoyo para conseguirlo.


miércoles, 14 de mayo de 2014

Lo que se decide en Europa también afecta a Salamanca

Durante mucho tiempo, hemos observado las instituciones europeas como algo lejano. Una administración complicada, poco definida y a la que los políticos nacionales parecían no darle mucha importancia, no debía suponer quebraderos de cabeza para los habitantes de una pequeña capital de provincias, tranquila en su devenir cotidiano, sin grandes aspiraciones y por tanto sin grandes problemas. La Unión Europea existía y gracias a ella Salamanca se impulsaba culturalmente, llegaba dinero a la ciudad  y eran los que se planteaban quién gobernaba allí arriba, ni qué intereses tenían.

La crisis ha cambiado todo, la ciudadanía ha aprendido a base de golpes y sacrificios que lo que allí se decide afecta directamente a todos. La bravuconada del PP de que cuando gobernase derogaría la prohibición de fumar en bares no lo ha hecho y no porque no quiera, sino porque es mandato de Europa. La reforma de la Sacrosanta Constitución española también venía de arriba y el recorte y cambio del sistema de pensiones no solo es un mandato sino que, directamente, se copia el modelo que aplican en Alemania.

Debemos ser conscientes de que el ochenta por ciento de las leyes aprobadas en España, desde el Congreso de los Diputados hasta el ayuntamiento más pequeño, se plantean  partiendo de un marco general europeo, o son adaptaciones a una reglamentación comunitaria. Este dato resulta muy gráfico para llegar a comprender la importancia que tiene la elección de nuestros representantes en Bruselas.

Si tenemos en cuenta que la provincia de Salamanca es principalmente agrícola y por tanto depende de la PAC (Política Agraria Común), que la zona fronteriza, especialmente el Abadengo y el Campo de Camaces, todavía se consideran zonas deprimidas y por debajo de la media del desarrollo de la Unión, requiriendo por ello de los Fondos de Integración Europeos, podemos  darnos cuenta de la importancia que la política europea tiene en nuestro día a día.

La ciudad de Salamanca, debido a sus características concretas, también se muestra especialmente sensible a esas decisiones. La capital charra es una de las ciudades más envejecidas de la zona Euro  y por tanto una de las ciudades que más va a necesitar que se fortalezcan políticas sociales, como las  revalorización de las pensiones, el incentivo a la natalidad, estímulos para crear trabajo juvenil y evitar así la despoblación…Medidas que requieren que se vuelva a una Europa Social y de Izquierdas, comprometida con la defensa de los  ciudadanos y no de los mercados.


miércoles, 7 de mayo de 2014

Por un Estado Laico (II)

Hace poco hacía referencia al peso económico que tiene la Iglesia española como institución. Su múltiple financiación, directa e indirecta, por el Estado, le supone unos ingresos que se estiman en más de once mil millones de € anuales. Esta situación de fuerza se ha visto sustentada por la complicidad de los gobiernos del PSOE y la colaboración de los del PP hasta llegar a un momento, el actual, en el que resulta vergonzoso, e indignante, observar cómo hay leyes que se aprueban para mantener este estatus sin ningún tipo de rubor.

La religión, debe enmarcarse en el ámbito privado y hacerse valer en el mismo, es decir: tan inviolable es el respeto a las creencias religiosas de las personas como la libertad de éstas a creer o no creer. Algunos fanáticos intentan desacreditar este racionamiento acusando de intolerantes, anticlericales y violentos a aquellos que denunciamos esta vulneración por parte de los sectores poderosos de la Iglesia y de algunos políticos. Este ataque demuestra que lo que realmente les preocupa, es la pérdida de elementos de control social que les permita seguir con su doble juego moral.

Cuando pensaba en este artículo, tenía en mente poner como ejemplo de esta vulneración de derechos los funerales de Estado celebrados en marzo, donde el Cardenal Rouco Varela hacía su personal exaltación de valores tradicionalmente españoles. Otro ejemplo reciente  de este insulto a la independencia religiosa de las personas ha sido el juramento del cargo de la nueva ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina. Ha jurado su cargo ante el Rey, el crucifijo y con la mano sobre la biblia.

La diferencia entre prometer y jurar es que uno promete por su honor, por su palabra, por su valía como persona y responderá ella misma de su gestión ante la ciudadanía. Jurar implica comprometerse ante una creencia personal concreta y a ella se le rendirá cuentas. Esta señora, funcionaria del estado, ministra y miembro del gobierno de la nación, con el gesto del crucifijo, la biblia y el juramento ha expresado de manera rotunda que cumplirá sus funciones porque cree en Dios, en el dios católico, para ser exactos, no en la Constitución ni en las leyes. Me parece una falta de respeto ante los millones de ciudadanos y ciudadanas que no cree, o son protestantes, musulmanes, budistas o judíos.

Si viviésemos en un estado islámico, y hubiese jurado el cargo con el Corán, la Ministra de Agricultura y Alimentación podría decretar la prohibición de comer cerdo, por sus creencias. Suena absurdo ¿verdad? Pues despertemos porque eso ya está ocurriendo. La reforma de la Ley del aborto, planteada desde la criminalización por el ministro de justicia, obedece a mandatos religiosos. La retirada del servicio de la fecundación in vitro a parejas lesbianas y a mujeres solteras por parte de la ministra de Sanidad también. La obligación de dar religión en las aulas y que sea materia evaluable, o que los jueces abiertamente se declaren miembros de grupos religiosos sean o no ultraconservadores, que lo suelen ser, tienen el fin de mantener ese control social que tanto beneficia a una casta endogámica e intransigente.

La España del 2014 no es la de 1950, hemos cambiado. La influencia de la Iglesia debe acabar sobre lo público. Debemos aplicar el principio del laicismo como garante de las libertades de las personas. Lo contrario, lo que tenemos ahora, no significa respeto ni es democrático sino imposición y dogmatismo.

miércoles, 30 de abril de 2014

El 1º de mayo es más que un día festivo

Cuando la economía va bien, tendemos a dejar de apreciar lo que tenemos: los derechos conquistados, los valores adquiridos, la responsabilidad que nos corresponde… todo en aras a vivir felices y despreocupados pues “el dinero todo lo puede.” Así, por dejadez de unos e intereses de otros, el 1º de Mayo se ha ido convirtiendo en un día festivo, carente de reivindicación y de contenido. El Día Internacional de los Trabajadores se aprobó en 1890, como reconocimiento a las huelga de Chicago donde los trabajadores lucharon, y murieron, por conseguir una jornada laboral de ocho horas y mejores condiciones en el trabajo para ellos,  para sus niños y sus mujeres.

Si analizo la situación pasada, con perspectiva, y comparo con la actual, compruebo lo mucho que se consiguió y cuánto hemos perdido en estos años de crisis cruel e inhumana. No se trata  solo de pérdida de derechos laborales, se trata además de un retroceso en la igualdad social, en la justicia, en el estado de derecho, en la dignidad como personas y como sociedad.

Aquellos trabajadores y trabajadoras de hace cien años, lucharon por conseguir una jornada de ocho horas,  pedían una negociación colectiva, demandaban un salario que les permitiese salir de la extrema pobreza y así vivir con dignidad, exigían un seguro social con el que mantenerse en caso de perder el empleo, para no verse en la indigencia a la que les llevaba la vejez o para no estar obligados al exilio.

Todo eso, poco a poco se fue consiguiendo. Pero nos hemos confiado. Creíamos que las conquistas eran permanentes e inviolables y ahora, tenemos el deber de salir a la calle para gritar por la defensa de nuestros derechos. La ley favorece la supresión de los convenios colectivos, es legal añadir hasta un 10% de horas adicionales semanales a la jornada laboral, con el consiguiente abuso por parte de algunas empresas. Los menores de edad ya no son explotados pero el 23% de la población infantil vive por debajo del umbral de la pobreza. Las pensiones pierden poder adquisitivo y tener derecho a la jubilación se precariza y dificulta.

Por ello el eslogan de Izquierda Unida es “El poder de la gente” porque no todo está perdido. Recuperemos nuestra conciencia, nuestra responsabilidad y reconquistemos nuestros derechos.

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miércoles, 23 de abril de 2014

Por un Estado laico (I)

La Transición española asentó las bases de una democracia, permitida, controlada y dirigida por las fuerzas conservadoras dominantes, que debieron ser aceptadas en su momento por la oposición al Régimen franquista si se quería conseguir el cambio. Esa renuncia de máximos y de ideales por parte de la izquierda, que debió de ser temporal y no permanente, es causante de que algunas cuestiones sociales y políticas aún no hayan completado su proceso de transición.

Una de esas causas pendientes se refiere a la religiosidad del Estado y la influencia de la Iglesia española en la vida social y política permitida, con mayor o menor consentimiento, por los distintos gobiernos. Su peso en los sectores tradicionalmente conservadores, e incluso poco democráticos, evitó que la Constitución declarase la creación de un Estado laico, permitiendo que bajo el epígrafe de “aconfesional” la Iglesia Católica conservase sus privilegios y su órbita de poder.

Para conseguir un Estado más justo, igualitario y democrático, es obligatorio completar esa transición. La creencia religiosa, o la falta de ella, es una cualidad intrínseca del ser humano y por tanto debe ser inviolable. Si un Estado privilegia una creencia concreta  sobre otras, rompe el principio de justicia e igualdad en el que toda democracia debe basarse. Por tanto, la mejor manera de salvaguardar ese derecho es respetando la religión como algo privado sin elevarla a categoría de Estado. 

De los muchos aspectos que se podrían debatir y analizar sobre este tema, quiero realizar dos análisis que considero fundamentales: el privilegio económico que el Estado concede a la Iglesia, sobre todo cuando funciona como una gran empresa, y lo dañino que esa influencia supone para la consolidación del Estado de Derecho.

El diezmo: ese impuesto obligatorio que se aplicó en la Edad Media hasta finales del XIX y que consistía en tributar la décima parte de la riqueza que generases, se destinaba a mantener y engrandecer a la Iglesia como institución pues para asuntos religiosos, sacramentales y de obras pías, existían otros pagos.  Gracias a él se financiaron pequeñas ermitas e iglesias en pueblos remotos pero también grandes iglesias, catedrales, conventos e incluso palacios. Se financiaron cuadros, esculturas, música, orfebrería y la confección de ricos paños.  Por eso no entiendo que si esas cosas se consiguieron con dinero de todos en un pasado, en la actualidad se considere a la Iglesia como propietaria privada de unos bienes que deberían ser patrimonio Estatal. Esa privatización permite que la Iglesia funcione como una empresa altamente rentable allí donde puede y cobre entrada por visitar  algo que debería ser público, como la Catedral de Salamanca, por ejemplo.

Actualmente el mantenimiento del sistema de la Iglesia sigue dependiendo del dinero público. De la campaña de la Renta de 2012 los obispos recibieron 247 millones de Euros, pero si se suman las exenciones de IVA (las entradas a los edificios religiosos y museos no tributan), el pago del profesorado de religión por parte del Ministerio de Educación, el sueldo de los capellanes de hospitales, del ejército, que también corren a cargo de los ciudadanos, ayudas a ONG´s religiosas, colegios privados, hospitales y demás, la cifra supera los 11.000 millones de Euros.

Pero marcar la X en la Iglesia Católica no supone un acto de conciencia de sus creyentes, que si les sale a devolver siguen recibiendo el total de su declaración, sino que se indica que de los impuestos a pagar se quiere destinar el 0,7% a ese fin, por tanto es dinero que el Estado deja de ingresar en otras partidas. Marcar la casilla de otros fines sociales  (“otros”, como si la Iglesia por sí sola fuese uno) también financia a la Iglesia, esta vez de manera indirecta, ya que más de la mitad de las ONG´s subvencionadas son católicas.

El argumento de labor social y de beneficencia que desarrollan las instituciones religiosas gracias al dinero recibido supone un peligro, una trampa a la hora de querer justificar ese dinero ante la opinión pública. Como ciudadanos debemos exigir al Estado que cumpla su obligación asistencial y social para con nosotros, al igual que la labor educativa y sanitaria, o la de defensa,  y no permitir que, a través de artimañas se descargue esa labor en una beneficencia y dirigida con un interés sectario y de control social. 

miércoles, 9 de abril de 2014

Soy Republicano

Se podría esperar un artículo recordando los logros de la II República, hacer un poco de política ficción e imaginar cómo estaríamos ahora si el golpe militar, la guerra y la posterior dictadura franquista, no hubiesen frenado el desarrollo social y económico de aquella España de los años treinta.
Podría escribir sobre un supuesto proceso constituyente que marcase el camino para llegar a la III República, cómo debería formarse y qué características tendría para que se garantizase el respeto y los derechos de todos sus habitantes, pero prefiero argumentar por qué soy republicano.
Además de argumentos tan generales que a veces rayan el tópico -igualdad entre todos, democracia auténtica, menos gasto, progreso…-  y que son ideales que me gustaría alcanzar, a mayores tengo una razón personal para defender el sistema republicano y es que no me fío de la Monarquía; ni de la institución, ni de las personas que la representan y la defienden. No tienen mi confianza y con sus actitudes, insultantes para la ciudadanía, tampoco mi respeto.
Cuando digo que tampoco me fío de las personas que las representan me refiero al Gobierno que, para mantenerla, no duda en engañar al pueblo. Si el Presidente del Gobierno tiene obligación de hacer público su patrimonio y su declaración de la renta, antes y después de su mandato, razón de más para que el Jefe del Estado haga lo mismo. En cambio, se nos intenta contentar con un listado de macroeconomía familiar que oculta más que esconde. Eso es un embuste.
La última propuesta que me tomo como un agravio es que de forma unilateral, y parece ser que con beneplácito de la Corona, el Ministro de Justicia propone una reforma jurídica para que la Reina y los Príncipes de Asturias sean aforados y además, para que si el Rey abdica, siga siendo inviolable. Es triste pero estas medidas lo único que me llevan a pensar es: ¿tanta podredumbre hay que ocultar?
Si el alcalde de cualquier ciudad funcionase de manera semejante, como mínimo perdería la confianza de sus votantes y no saldría reelegido. Si el nombre de ese alcalde fuese mencionado de vez en cuando en la órbita de casos de corrupción,  (el caso Noos es el más reciente para la Monarquía pero no olvidemos  el caso de Los Albertos, o su relaciones con Prado y Colón de Carvajal, los Emiratos Árabes, Mario Conde…) o disfrutase de regalos con intereses poco claros debido a la opacidad que le rodease, ese alcalde sería investigado por la justicia, la prensa y puede que fuese inhabilitado para el cargo.
Es solo una opinión y unos ejemplos de por qué el 14 de abril rendiré homenaje a la II República como un tiempo de democracia y libertad, y lo haré con el anhelo de poder dejar de celebrar esa fecha y cambiarla por otro día, me da igual cual, me dan igual los colores de la bandera, pero en el que celebre la III República Española.

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miércoles, 2 de abril de 2014

Paradojas del ser humano

Es curioso pero aún hoy, ¡con la que está cayendo y la que llevamos encima! Te encuentras a gente que de una manera u otra intenta justificar las medidas económicas y políticas de la derecha en general, y del PP en particular, para salir de la crisis.
Estas personas, que la mayoría de las veces se autodefinen como apolíticas por desengaño, aprovechan cualquier ocasión para recordar que, si ellos llegaron donde están, fue por su esfuerzo y su trabajo, sin ayuda de nadie.
Justifican los recortes sociales y miran con recelo las ayudas a vagos y maleantes que no quieren trabajar, porque creen que les es más cómodo vivir de papá Estado. Se lamentan de los impuestos que pagan y de lo mal que van las cosas.
Estos individuos, de naturalezas inconformistas y lastimeras, tienen una simpática paradoja: quieren que sus hijas e hijos sean funcionarios, de lo que sea, da igual, pero trabajadores públicos para que tengan garantizado el futuro. Echan pestes porque a su cuñado, o a su nuera no le han dado la ayuda para libros que pedía, y al vecino del quinto, emigrante, sí, cuando “lo justo sería que  la concediesen a todos, que cada cual tiene lo suyo en casa.”  Recuerdo incluso una acalorada discusión en la que un quiosquero estaba completamente indignado por los ”chorizos” que habían pasado por el Gobierno. Su indignación provenía porque le iba a tocar trabajar hasta los 70 años para, al final, tener una “pensión de mierda” como autónomo.  Uno, prudente y educado, no entró al debate tan acalorado pues es de mal gusto hablar de política y de dinero en la comida, por mucho que le provoquen. Mi sorpresa fue mayúscula cuando  a raíz de otro tema viene a decir lo contento que está porque ha hecho unos trapicheos para que hacienda le devuelva dinero y que tiene su buen colchoncito porque, con el negocio, declara el tramo mínimo de autónomo a hacienda en vez declarar lo que realmente gana.
Son paradojas del ser humano. Egoísmo lo llamo yo.

martes, 25 de marzo de 2014

Ni vencerán ni convencerán

Radicales de izquierdas, neonazis griegos, anti-sistemas y rompe patrias. Así han llamado algunos políticos y  sus voceros de desinformación a la gente de bien que ha querido, el pasado 22 de marzo, unirse a una protesta pacífica multitudinaria.
A esa Marcha de la Dignidad acudían jóvenes sin futuro; jubilados sin presente; personas en paro, con familia o sin ella; trabajadores por cuenta ajena; emprendedores; autónomos; funcionarios; precarios; inmigrantes; emigrados… toda una amalgama de personas unidas  con una única petición: reivindicar la dignidad que se merecen como personas y como pueblo gobernado y a la vez soberano.
El mensaje era claro: que los que gobiernan no se olviden de las personas, que las defiendan frente a esa mal llamada “dictadura de los mercados”, como si por llamarlo así y deshumanizarlo, se crease una entelequia a la que no se le puede pedir responsabilidades.
Pero la dignidad conlleva respeto y el respeto implica trato. Que la ciudadanía no se sienta tratada con respeto por las instituciones debe preocuparnos. Por quejarse y protestar se vuelve a insultar a  la ciudadanía. Ana Botella, alcaldesa de Madrid,  negó a una de las columnas un colegio donde alojarse. Dirigentes del PP insultan a los participantes aunque eso sí, respetan que salgan a gritar a la calle ¡faltaría más! Los medios de comunicación pasan de puntillas sobre la noticia hasta que no les queda más remedio y entonces, la utilizan, la manipulan y la ningunean: 50.000 personas asistentes dijo el diario El País, algo más que nuestra Plaza Mayor llena; Los informativos de TVE abrieron con cargas policiales que se producen justo cuando empiezan las noticias para así poder confundir y mezclar a todos en la misma saca. Esa manipulación también es violencia, no física, pero sí institucional e igual de intencionada.
Censuro cualquier tipo de violencia: la física, la institucional y la mediática, pues persiguen lo mismo: imponer sus criterios  y su control ante la libertad de pensar y expresarse, ante la democracia.
Decía Unamuno que se puede vencer utilizando la violencia pero no convencer, pues convencer significa persuadir y para persuadir hace falta razón y derecho en la lucha. Razón y derecho no nos falta, y motivos para protestar tampoco, por eso hay que seguir protestando.

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martes, 11 de marzo de 2014

Lo llaman democracia y no lo es

Dice Ramin Jahanbeglod, filósofo político iraní, que hay que democratizar la democracia, pues no basta con definir este sistema como el gobierno del pueblo a través de unos representantes elegidos libremente cada cierto tiempo. Esta definición, social y políticamente conservadora, arraigada y desarrollada tras la II Guerra Mundial, no puede considerarse como una definición precisa;democracia, hace referencia al poder del pueblo sobre el pueblo. Como casi siempre, en los matices está la importancia.
El sistema actual puede considerarse como una democracia, pero de un sesgo marcadamente liberal y a veces peligrosamente oligarca. Actualmente quienes ejercen el poder son aquellos que ocupan una posición de autoridad sobre una comunidad política, y cada vez limitan más las obligaciones de dar cuentas ante quienes les eligieron. Esta actitud puede detectarse en todos los niveles: desde las decisiones tomadas por la cúpula de un partido sin tener en cuenta a sus bases, una rueda de prensa sin preguntas o la negativa a comparecer en una comisión o un pleno… hasta la elección indirecta de cargos públicos, bien sean en una Diputación Provincial o en la Comisión Europea.
La manera de entender la teoría política se traduce en realidades concretas a la hora de gobernar y esta democracia es consecuencia de una élite política que no asume responsabilidades al estar respaldadas por estructuras partidistas que tampoco se las exigen. Algunos ejemplos son las últimas sentencias del Tribunal Superior de Justicia contra algunas decisiones tomadas por el anterior alcalde de Salamanca, Julián Lanzarote: la ilegalidad de la Construcción del Corte Inglés o del Hotel Sol Corona, o de la ordenanza que prohibía repartir publicidad política en las calles, o la nulidad del Plan Especial de Actuación sobre el Tormes… son actuaciones, algunas irreversibles, que deberían ser asumidas por sus responsables y tener consecuencias políticas exigidas por la ciudadanía y los partidos. El señor Lanzarote dejó de ser alcalde pero gracias a esa autoridad política que decíamos, fue situado como senador del reino. El actual alcalde, el Sr. Fernández, tampoco entiende la democracia como una forma de política colectiva basada en la cooperación civil, que busca crear unas condiciones de igualdad para favorecer la participación y la transformación social. El último estudio sobre la transparencia en los principales ayuntamientos españoles, publicado en 2012, seguía situando a Salamanca muy por debajo de la media (puesto 89 sobre 110) y aún así, el alcalde se niega a tomar medidas que favorezcan el control ciudadano de la institución, la participación y la transparencia, como hemos podido apreciar recientemente con respecto al aparcamiento de la avenida de Comuneros, o la falta de pluralidad en el Consejo Social y el de Vivienda.
La democracia debe construirse constantemente. No puede considerarse como un objetivo ya alcanzado tras conseguir y ejercer el derecho al voto. Debe ser la capacidad política de la gente de pedir responsabilidades a los partidos políticos y a sus dirigentes y de poder participar activamente en ella.

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miércoles, 5 de marzo de 2014

Reivindicando el 8 de marzo

Hace más de cien años que se conmemora el Día de la Mujer Trabajadora como símbolo de la lucha por sus derechos, por su papel participativo en la sociedad, en pie de igualdad con el hombre, y reivindicando su desarrollo íntegro como personas. Comenzaron exigiendo el derecho al voto, a ocupar cargos públicos, el derecho al trabajo, a la formación profesional y a la no discriminación laboral.
Más de cien años de lucha justa, legítima y necesaria. En 1977 la Asamblea General de la ONU proclamó el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer y la Paz Internacional. Un compromiso a la defensa de la mujer en todas sus facetas, no solo la trabajadora, y un reconocimiento a la necesidad de la igualdad de género como elemento indispensable para alcanzar la paz.
Ciento trece años más tarde sigue siendo necesaria esa lucha. Algunas conquistas se han conseguido pero el uso asumido de un lenguaje machista, o el peso de tradiciones culturales, muchas de ellas de origen religioso, marcan inconscientemente las actitudes de una sociedad que evoluciona lentamente. Por ello es necesario educar en la igualdad y trabajar para conseguir el cambio de un paradigma social basado en el patriarcado.
El lema de la ONU para este año es “Igualdad para las mujeres: progreso para tod@s” Su Secretario General, Ban Ki-Moon, afirma: «…. Los parlamentos en los que hay más mujeres aprueban más leyes sobre cuestiones sociales clave como la salud, la educación, la lucha contra la discriminación y la manutención de los niños…» Tras leer estas declaraciones no logro comprender cómo pueden aprobarse tales retrocesos en la legislación española teniendo a dos mujeres al frente de las carteras de Sanidad y Consumo, y de Trabajo y Asuntos Sociales.
La ideología conservadora de nuestro Gobierno no es solo económica, también social. La crisis les ha servido como infame excusa para aprobar medidas económicas, y para plantear reformas legislativas que devuelvan a la mujer a una época de sumisión doméstica sin que nos demos cuenta, con su tradicional papel de abnegada madre y esposa. La reforma laboral que facilita los despidos por maternidad, la imposición de ésta al querer suprimir el derecho al aborto aún en caso de malformación, la supresión de las ayudas a la dependencia, ¿ven la relación? A ello hay que añadir la implantación de los valores religiosos en la educación pública, las ayudas a colegios privados que segregan las aulas por sexos y los recortes en cuestiones relacionadas con la violencia de género, bien sea en campañas de educación o en atención a  las víctimas.
Todo ello hace que este año, más que nunca, sea necesario apoyar a las mujeres en su reivindicación por la igualdad.

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martes, 25 de febrero de 2014

Solidaridad Social

El otro día leía en un medio local las declaraciones que el SUP (Sindicato Unificado de Policía) realizaba valorando la medida de una presencia policial continuada en el barrio de Buenos Aires y la problemática que estaba ocasionando: “Tener una patrulla permanente en Buenos Aires hace que la seguridad se resienta en otras zonas de la ciudad” (salamanca24horas.com, 24 de febrero de 2014) el sindicato denuncia la poca participación que tienen los policías a la hora de ser consultados e informados sobre si la medida es efectiva o no, a la vez que reclaman mayor implicación de las administraciones públicas: Ayuntamiento, Junta, Agencia Tributaria,  para solucionar el problema del narcotráfico y la inseguridad en la zona.
Las declaraciones del portavoz, que sirven de titular, alertan mi razonamiento, y en los comentarios de otros usuarios desgraciadamente ratifico mis sospechas. La situación de crisis económica que vivimos ha provocado que la desigualdad social se dispare a niveles de hace cuarenta años, y esto lleva consigo una crisis social y de valores generalizada que están padeciendo parte de la sociedad. La pobreza no solo se convierte en estigma social, sino que se criminaliza como consecuencia de ese  “¡Sálvese quien pueda!” en el que parece que vivimos. Me explico: alguno de los lectores expresan su mal estar por destinar medios públicos de seguridad a un barrio marginal lleno de “gitanos y de kinkis”, dejando desprotegida a la gente de bien.
El problema no radica en esos sentimientos racistas, xenófobos e insolidarios que se intensifican en períodos de precariedad económica. La raíz del problema, se sitúa en la extensión de una conciencia neoliberal que poco a poco ha ido asumiendo la clase media española, sin darse cuenta del peligro que supone para ella. Esos valores buscan la destrucción de la solidaridad en la que se basa nuestra Seguridad Social y nuestro Estado de Bienestar. Ese individualismo es el que lleva a potenciar los planes de pensiones privados por miedo a quedarte sin jubilación; es el que justifica las subvenciones a centros concertados, (educativos o sanitarios),  con el argumento de que así se facilita que cualquier persona pueda recibir la buena atención que se presta en los centros privados, o el que lleva a plantear la posibilidad de una seguridad privada ¿Realmente alguien de los que critican que haya presencia policial continua en el barrio de Buenos Aires piensa que esa atención deberían pagarla ellos porque es un extra que no se merecen? No lo creo.
Nos han metido el miedo en el cuerpo y nos han convencido de que lo privado es mejor que lo público y no es cierto. Debemos reivindicar nuestro derecho y exigir al Estado que reconstruya mediante la red de solidaridad social, es decir, la recaudación y distribución equitativa de los impuestos, una amplia cobertura de servicios públicos de calidad. Este sistema debe ser defendido como un derecho irrenunciable de la ciudadanía que sirva de freno para la creciente desigualdad social.

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martes, 18 de febrero de 2014

El charlatán de Comuneros

Llegó el momento. Un público expectante, una puesta en escena cuidada y bien elegida. Traje, corbata, gafas, bien peinado y sonrisa puesta; todo listo para comenzar el espectáculo del charlatán.
Sale confiado pero sin arrogancia. Es consciente de moverse en su terreno y está convencido de saber manejar al espectador, como lleva haciendo durante tantos años. Pero hoy es distinto, algo va mal y lo presiente. Los tiempos se han vuelto complicados para el oficio de charlatán. Las nuevas tecnologías y la crisis han dificultado este trabajo y su fórmula magistral, que soluciona todo y no cuesta casi nada, cada vez es más difícil de vender. Comienza la palabrería y el espectáculo. A su alrededor, camuflados entre la gente, unos y otros en primera fila, amigos y socios le acompañan, dispuestos a lanzar un grito que certifique las propiedades milagrosas del jarabe que todo lo cura, y así animar la venta de la mercancía.
Hoy el ambiente es tenso, demasiado silencioso. Hace poco la gente comentaba en el pueblo que no muy lejos de allí, un ilusionista tuvo que salir corriendo tras ser descubierto el embuste por aquellos paisanos. Nuestro animoso vendedor también lo ha oído, conoce a quien le pasó la desventura, y no quiere que le ocurra lo mismo; por eso lleva días sondeando el terreno; anunciando su producto por allí, comentándoselo al del bar, a la pareja que vive con sus hijos en la esquina o a la viuda que espera en el médico. Quiere asegurarse la venta y no está dispuesto a fracasar.
Continúa con su  perorata pero algo falla, no ha sido capaz de ilusionar como en otras ventas y sabe que esta vez el público es reacio, su producto no convence. Espera la primera oferta que no llega, está nervioso, comienzan las preguntas incómodas y sus respuestas cada vez son más vagas y evasivas. Retrocede, da un paso atrás  y finalmente, tras largas horas de cháchara y sin más trucos que usar, acaba el espectáculo. Nuestro buen charlatán esta vez no ha conseguido vender sus bondades y en un descuido, al acabar, pierde la compostura y sus modales.
Los que le conocen saben que volverá, que es incansable y que su negocio depende de ello. Mientras, ofrecerá otras cosas, igual algún juego nuevo o algún arreglo con el que entretener a otros oyentes. Quién sabe, igual cuando vuelva ha cambiado de producto, igual trae nuevas y mejores soluciones.

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miércoles, 12 de febrero de 2014

Hacer política

Existen varias formas de entender el ejercicio de la política según la ideología de cada uno y la manera que se tenga de comprender la sociedad: conservadores, liberales,  progresistas… o derecha, centro, izquierda son las más representativas si dejamos aparte populismos y dictaduras. En la década pasada, durante la bonanza económica, se quiso extender la idea de que las ideologías estaban pasadas, que habían sido superadas y que lo importante era tomar decisiones prácticas sin pararse a pensar en esas cosas. Fue el ataque de los Neos (neoliberales y neoconservadores) que con esos argumentos buscaban, y consiguieron, desactivar a la sociedad y ponerse una piel de cordero que camuflase sus mandíbulas de lobo. Una estrategia que a la vista de los resultados estaba bien estudiada.
Desde un tiempo a esta parte el argumento ha cambiado y la pasividad de la sociedad y el desánimo se plasma en la frase “todos son iguales”, expresión vieja y manida, sí, pero actualmente muy reforzada por las actuaciones de nepotismo, injusticias y corrupción que estamos sufriendo. Curiosamente aquellos que defendían la era post-ideológica ahora se quejan de la actual situación y en una amplia mayoría, esto es una valoración muy personal,  seguirán quejándose, se abstendrán en las urnas o votarán a los de siempre por inercia.
Pero existe otra forma de entender la política y de hacerla. Quienes entienden que ésta es un medio para alcanzar un bien común, quienes creen realmente que un político no es sinónimo de privilegio sino de responsabilidad ante una ciudadanía que quiere participar, hablar y ser escuchada.
En esta semana puedo poner dos ejemplos de esta nueva política:
Miranda de Azán, municipio adscrito al Bien Común,  tiene la buena práctica de ser transparente en sus cuentas y publicarlas en su web www.mirandadeazan.com, pero esta semana da un paso más y el sábado convocará una asamblea vecinal para, entre todos, decidir la mejor inversión para los Planes Provinciales de Diputación. Un pequeño paso encaminado a unos presupuestos participativos.
El otro gesto es el proceso abierto de Izquierda Unida para elegir, de manera participativa, a los candidatos y candidatas que formen la lista a las elecciones europeas. También la elaboración colectiva de su programa electoral. Hacer partícipe a los agentes sociales (sindicatos, organizaciones, plataformas, etc.) y corresponsables a la ciudadanía. Darles voz y voto en todo el proceso y no solo que refrenden lo decidido por unos pocos en cónclave cerrado. Para mí esto significa madurez democrática. Es muestra de un compromiso social, o de una política comprometida con la sociedad, como mejor se quiera definir.

miércoles, 5 de febrero de 2014

Rajoy tiene razón

Puede sorprender leer tal afirmación por parte de un militante de Izquierda Unida, pero es que Rajoy tiene razón. A uno le educaron a ser honesto y reconocer las cosas; por eso digo que cuando Mariano Rajoy, en su discurso de clausura de ese estupendo y autocomplaciente congreso celebrado el pasado fin de semana en Valladolid, afirmó que “de la crisis saldremos gracias al esfuerzo y sacrificio de los españoles”, tiene más razón que un santo, o una santa, a elección.
Solo un pequeño matiz. Yo, para ser más preciso, hubiese afirmado que de la crisis saldremos gracias al esfuerzo y el sacrificio de la mayoría de los españoles y españolas. Como solo es un matiz personal, sin ánimo de hacer sangre, se me ocurren dos ejemplos al azar: quien hace esfuerzos por llegar a fin de mes tras haber visto reducido su salario y, en muchos casos, ampliada su jornada laboral de manera ilegal; o quien tiene el sacrificio de hacer frente al pago, copago y repago de medicamentos, vitales en algunos casos, con una pensión que va perdiendo valor adquisitivo.
Resalto ese apunte, porque igual no es lo mismo el esfuerzo de un trabajador que ve congelado su salario mínimo interprofesional, y hace frente a la subida del precio de la luz, de la gasolina, el IRPF, el IVA en general, del material escolar en particular, que al realizado por ese 21% de nuevos ricos que hay en España, o el de los directivos que han visto crecer su salario y retribuciones un 1,6% situándose en una media de 53 veces el SMI. Mucho menos compararlos con el sacrificio que le habrá supuesto a algunos pagar un 10% de multa por legalizar las fortunas que tenían en el extranjero.
Saldremos de la crisis, sí, en parte gracias a la solidaridad ciudadana, ¡Chapó! A no callarse y exigir que la justicia funcione, mal que le pese a algunos; a no conformarse, luchar, y ganar el derecho a tener hospitales públicos; a indignarse ante subidas de impuestos sin sentido o ante obras urbanísticas innecesarias y de oscuros fines.
Tal vez el señor Rajoy lo que debía haber dicho es: “saldremos de la crisis gracias al esfuerzo y el sacrificio de los de siempre”.

martes, 28 de enero de 2014

Un problema que afecta a todos

Suele pasar. Uno se sienta delante del ordenador pensando cómo plasmar sus ideas sobre un tema que le parece interesante y acaba hablando de otra cosa. Predispuesto a redactar algún comentario sobre la grave crisis que debe sufrir el sector de la compra-venta  de arte, y la ayuda imprescindible que el Ministerio de Cultura considera que debe prestar a los pobres marchantes, coleccionistas y blanqueadores de capitales al rebajar el IVA del 21 al 10%, leo en la prensa local el un nuevo tiroteo, el segundo en 24 horas -el tercero en menos de quince días, no lo olvidemos- hace saltar todas las alarmas
Dos cosas me llaman la atención:
Todos los diarios, salvo éste en el que escribo, publican la noticia en la sección de Sucesos y no en Local. Esto significa que la gran mayoría de la prensa, al igual que una parte importante de la sociedad salmantina, considera estos hechos como algo anecdótico y excepcional, En ninguna parte aparecen expresiones  tipo “desigualdad social” o “preocupación ciudadana”, algo que denote un interés por parte de las y los vecinos de Salamanca más allá del barrio afectado. Tal vez esto sea debido a que los “sucesos” se han producido en barrios donde el abrigo de visón y el pañuelo de seda no se estilan habitualmente, y tal vez, solo tal vez, a que no han sido protagonizados por un individuo de color fácilmente identificable y vulnerable.
Marginar el barrio de Buenos Aires y darlo por perdido, mirar para otro lado y pensar que generando un gueto vamos a quedar a salvo, no soluciona el problema sino que ayuda a perpetuarlo. Prueba de ello son los altercados violentos en Pizarrales, Buenos Aires y San José, acompañados, y no es algo casual, del deterioro de los servicios públicos en estos barrios.
La situación es complicada y por eso requiere el compromiso y la responsabilidad no solo de las autoridades, casi ausentes hasta ahora, sino de toda la ciudadanía. No se puede considerar la problemática existente en algunos barrios como parte de la crónica negra salmantina si se quiere revertir esta situación. Las asociaciones de los barrios más afectados deben de organizarse frente común que conciencie al resto de vecinos y vecinas de que es un problema que afecta a todos. Los agentes sociales han de apoyarse en grupos locales, organizaciones, fundaciones… para ser capaces solucionar la situación de pobreza y exclusión que en muchos casos se vive. Está claro que conseguirlo no es fácil. El movimiento ciudadano debe de sentirse respaldado por un compromiso firme del Ayuntamiento que se visualice en infraestructuras y planes de desarrollo y estímulo.
Con estos tres pilares: concienciación colectiva, impulso ciudadano y respaldo político, estaremos creando una buena base para mejorar la ciudad.

martes, 21 de enero de 2014

Vamos a andar

Con el título de una vieja canción de Silvio Rodríguez quiero presentar esta nueva columna de opinión. Más que una canción, una marcha, una declaración de intenciones, una voz esperanzada que anima a comenzar el cambio que tanto necesitamos en Salamanca.
Vamos a andar, a despertar del letargo, a no dejarnos llevar por el pesimismo, por el “todos son iguales”, y empecemos a ser conscientes de que debemos comprometernos y corresponsabilizarnos para construir nuestro futuro. Somos de extrema necesidad, vamos a andar.
Vamos a andar y sólo hay una manera de seguir adelante: construyendo la sociedad que queremos entre todos, reivindicando nuestros derechos robados o nunca dados, alzando al perezoso, sumando a los demás.
Vamos a andar, pues es lo que estamos pidiendo a gritos. Solo nos falta ese pequeño empujón que nos ponga en marcha con todas las banderas trenzadasformando una sola que simbolice la transparencia, la democracia, la participación, la alegría por el cambio.
Si deseamos un futuro en nuestra ciudad para nosotros mismos o para nuestros hijos, si queremos vivir en un país con garantías de Bien Estar, si aspiramos a una Unión Europea que funcione realmente por y para las personas, como con la que nos hicieron soñar, si anhelamos una sociedad más justa, más solidaria, que tenga en cuenta los problemas de la pequeña mayoría frente a los grandes intereses de una minoría, si queremos llegar a la vida entonces… entonces,vamos a andar.

sábado, 11 de enero de 2014

¡NO ES SUFICIENTE UN EXPEDIENTE POR INFRACCIÓN LEVE EN EL CASO McDONALD´S!

¡NO ES SUFICIENTE UN EXPEDIENTE POR INFRACCIÓN LEVE EN EL CASO McDONALD´S!

Izquierda Unida Salamanca ya denunció las irregularidades sobre esta construcción y que varios particulares habían puesto en conocimiento de las autoridades su obra y apertura, saltándose todas las normas.
Una sanción leve urbanística de entre 1.000 a 10.000 euros no puede ser aplicable por dos razones básicas:
  • Se hace muy difícil restituir la legalidad.
  • La sanción económica no puede suponer beneficio económico para el sancionado y dudo que la empresa haya facturado menos de entre 1.000 y 10.000 euros en estos veinte días que lleva abierto, la mayoría de campaña navideña.
Además, con el ocultismo que nos tiene acostumbrado este Ayuntamiento de Salamanca, son capaces de aplicarle alguna rebaja en la sanción sin que nos enteremos.
Debemos exigir que se le expediente por una infracción grave al considerar los datos expuestos y por la cantidad de permisos y licencias que no han respetado.
También debemos exigir, por el bien de la democracia, la transparencia y el respeto que merece la ciudadanía, que se asuman responsabilidades políticas ya que con las denuncias presentadas las autoridades no pueden argumentar que no estaban al corriente de las obras. El concejal García Carbayo debe dimitir o ser cesado por este escándalo.

A nadie se nos puede olvidar que cuatro vecinos del Tormes han sido sancionados con 1.000€ de multa por intentar reparar un daño causado por el Ayuntamiento y remover un poco de tierra en la Pesquera considerado infracción leve.
¿Nos está diciendo el Ayuntamiento de Salamanca que esto merece la misma sanción?

sábado, 4 de enero de 2014

EN EUROPA COMIENZA LA RECONQUISTA DE NUESTROS DERECHOS


EN EUROPA COMIENZA LA RECONQUISTA DE NUESTROS DERECHOS.

Nunca me resultó tan fácil titular algo. 

Las Elecciones Europeas siempre se han visto por los ciudadanos como secundarias, algo intrascendente, lejano y desconocido pues el Parlamento Europeo, era percibido como esa institución a la que recurren los partidos (PP y PSOE) para dar un exilio dorado a los que deben un favor, o apartar a figuras molestas.
Pero la experiencia de la crisis, estos últimos cuatro años en concreto, nos ha demostrado que la política europea es fundamental y que tiene una repercusión igual de directa en nuestras vidas que la política nacional. Por eso hay que acudir a votar.
En Europa, (¿en qué se ha convertido Europa?), se imponen medidas y leyes injustas que reprimen una sociedad en ara de una sacrosanta estabilidad económica, que garantice el pago de una deuda injusta e impuesta. Esa presión sufrida en Grecia, Irlanda o Portugal con un rescate formal; y en España con un secuestro de las libertades a través del reformado artículo 135 de la Constitución Española, prodecen del Fondo Monetario Internacional (FMI), del Banco Central Europeo (BCE) y de la Comisión Europea (CE). Son esos hombres (y mujeres) de negro, la denominada Troika.
Instituciones desvirtuadas de sus funciones originales, que no son elegidas ni votadas por la ciudadanía y que por tanto no tienen que rendir cuentas ante nadie excepto a sus amos.
A nosotros, a las persdonas de calle, las únicas armas que nos quedan para defendernos son nuestra conciencia, nuestra memoria y nuestro voto. El Partido de la Izquierda Europea, del que forma parte Izquierda Unida, lleva años denunciando estos abusos y se perfila como la única candidatura capaz de enfrentarse a la Troika pues no forma parte de ella.
Por eso es importante la memoria, la conciencia y el voto de cada votante.
Europa sí, una Europa solidaria, respetuosa con el medioambiente y abanderada de los Derechos Sociales, que son Derechos Humanos. Ese es el capital que la Unión Europea tiene que defender sin renunciar a ninguno de ellos si quiere sobrevivir y competir en este mundo globalizado.

EUROPA SÍ, PERO NO ESTA EUROPA