lunes, 30 de diciembre de 2013

Mucho se ha escrito y se escribirá sobre esta "nueva" Ley del aborto presentada por el Ministro de Justicia Alberto Ruiz-Gallardón y que en breve será aprobada por el Gobierno integrista del PP. Y digo integrista porque llevar en un programa electoral mandatos religiosos que deberían no salir de la convicción personal, e imponerlos como forma de gobierno, es el mismo principio que se les critica a los Islamistas.

Dejando lo obvio aparte, y por no centrarme en la cantidad de cosas dichas o que se pueden añadir de moral, de salud, de respeto a los derechos de la mujer... quiero indicar unas breves cuestiones que considero que pueden ser de interés:

El Presidente Rajoy afirmó hace unos días en rueda de prensa que "la Ley retoma la senda de la aprobada en 1985" por Felipe González y con la que había un amplio consenso. ¿No debería ser negativo volver a imponer una moral y una conducta social de hace casi treinta años? Lo que hay que reseñar es que aquella ley se basaba en la Ley inglesa redactada en 1967. Por tanto no es cierto que retrocedamos al año 1985, sino que esta ley intenta imponer una moral de los años 70 o más retrograda aún pues la futura Ley no incluye el supuesto sobre “si el embrión o feto puede probablemente ser afectado por discapacidad física o mental importante”.

La trayectoria del Sr. Ruiz-Gallardón ya se vio salpicada de algún episodio machista cuando en 1995, siendo presidente de la Comunidad de Madrid, su número dos, el Sr. Pedroche, despidió a la secretaria de Gallardón por quedarse embarazada y estar divorciada. Gallardón, calló. O podemos recordar, mucho mas reciente, durante un debate de la modificación de la ley del aborto su frase: "la libertad de maternidad es la que hace a las mujeres auténticamente mujeres".

Conceder ayudas públicas a colegios que separan por sexos, la supresión de la ayuda a la dependencia, la reforma laboral donde se hace menos costoso despedir a una mujer embarazada, la tibieza del gobierno (si llegase a tibieza) ante la ofensa del libro "Cásate y sé sumisa" y ahora esto. Todo ello hace que a la fuerza uno se pregunte si no hay un objetivo concreto de volver a tener a la mujer en casa.